martes, 7 de septiembre de 2010

REVISTAS DE QUIMICA

REVISTA DE CIENCIAS QUIMICAS
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REVISTAS DE QUIMICA

Artículos recientes:Algunas consideraciones clave, pero generalmente olvidadas, para lograr la comprensión del concepto de cantidad de sustancia
Por Daniel Gil Pérez, Amparo Vilches
La comprensión y el uso correcto de la magnitud ‘Cantidad de sustancia’ y su unidad, el mol, presenta serias dificultades, no sólo para los estudiantes sino también para los profesores. Investigación abundante ha mostrado la alta frecuencia de concepciones erróneas de los profesores y los libros de texto, los cuales interpretan ‘Cantidad de sustancia’ ya sea como un número de partículas o más frecuentemente como una masa, o inclusive ignoran la magnitud, y usan el mol como “la masa atómica o molecular, dada en gramos”. Nuestro objetivo en este artículo es confrontar las dificultades de los profesores, discutiendo un conjunto de razones para justificar la necesidad de introducir ‘cantidad de sustancia’.
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Daniel Berthelot.
Por Jaime Wisniak
Daniel Berthelot (1865-1927) used the electrical conductivity method to carry on fundamental research on the chemical equilibrium present in highly diluted electrolyte solutions, using the electrical conductivity method. In this way he was able to follow the kinetic details, particularly of the processes taking place in normal or pathological fluids of a living organism. He developed the so-called neutralization curve method, which allowed by simple inspection to judge the march of the reaction. The Académie des Sciences of France awarded him the Jecker Prize for his achievements on the subject. Keywords: electrical conductivity, neutralization curve method, salts, pathological fluids
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REVISTAS DE EDUCACION GENERAL

La Revista Iberoamericana de Educación es una publicación editada por la OEI
ISSN: 1681-5653

Está en: OEI - Revista Iberoamericana de Educación - Debates
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¿Qué son las competencias?, ¿significa competir?, ¿ir al encuentro de algo?, ¿salir airoso o derrotado en algo?; estas y muchas interrogantes podríamos plantearnos para generar un debate, un encuentro, un desencuentro e incluso una confrontación. Hoy día las competencias son una moda, un discurso institucional, una aspiración que ha contagiado a un buen número de actores no tan solo del ámbito educativo sino de otros sectores de la sociedad y, por consiguiente, una nueva manera de institucionalizar proyectos. Prácticamente todos los niveles educativos están sufriendo reformas en su estructura curricular, ¿qué de beneficios han traído?, históricamente hemos vivido toda una serie de cambios curriculares a los que les llaman reformas, éstos cambios no han generado transformaciones educativas significativas; ¿será acaso que solamente se les retoca a los modelos curriculares?

Lo cierto de todo ello es que los modelos curriculares actuales consideran en su estructura, a manera de transversalidad, a las competencias, su sustento teórico, metodológico y contextual lo hacen un proyecto promisorio, se consideran ejes de acción de suma importancia para la formación y actualización de los docentes, priorizan la infraestructura y el equipamiento, se prevé movilidad de los estudiantes de un subsistema a otro-para el caso de la educación media superior-, y lo que pudiese ser también de suma importancia, se institucionalizan las tutorías.

Todo esto, en gran medida, estará supeditado en su estructuración y operativización, a la manera como institucionalmente se promuevan acciones para cumplir con este fin. Sabedores de la necesidad que se tiene de desencadenar toda una serie de procesos y que estos deben estar orientados a estructurar los documentos normativos, existe un elemento que condicionará dichos procesos, uno de ellos, tal vez el más importante, es la actitud, característica que se destaca en el presente escrito.

Actitud significa estar dispuestos a algo, predisponerse a incursionar en procesos sociales cuyo único motivo sea demostrar que el ser humano es un ser social por naturaleza pero sociable por necesidad. Actitud es saber qué es lo que le compete a cada individuo y hacerlo, con una buena actitud se potencian las competencias, se fortalece la estructura cognitiva y, por consiguiente, se asume con toda responsabilidad el compromiso social e institucional.

El éxito o fracaso de cualquier proyecto educativo depende de la actitud de sus actores, en consecuencia de las competencias que desarrollen y fortalezcan para cumplir con lo normativamente establecido. En gran medida, la actitud está supeditada por el carácter, la personalidad y el autoconcepto; la conducta del ser humano es impredecible y se adoptan pautas muy variadas, condicionadas éstas a las circunstancias que se viven.

Podemos decir que el carácter tiene dos formas de manifestarse: de manera proactiva cuando se responde positivamente ante situaciones incluso adversas; la otra forma de manifestación del individuo es la reactiva, consiste ésta en responder de una manera negativa incluso ante estímulos positivos.

La personalidad, por lo general, está condicionada a las situaciones que vive el individuo en su contexto, conformar la personalidad implica incursionar en acciones de fortalecimiento intelectual, emocional, físico y espiritual. Implica también manifestar un determinado nivel de competitividad, pasando de un saber qué es lo que me compete hacer, a un decir qué es lo que debo hacer -y demostrarlo-.

El autoconcepto es la emisión de juicios sobre sí mismo, el cómo me veo, cómo soy, cómo me concibo, cómo me desenvuelvo, cómo interactúo con los demás, cómo me comunico, etc. Para tal fin, todos los individuos contamos con referentes que forman parte de nuestro ser y saber, que nos conducen a autoconceptuarnos; estos referentes son de forma -la educación-, de fondo -los valores- y de trasfondo -lo espiritual-.

En síntesis, creo que la actitud se encuentra supeditada por la manera como cada quien conciba a las competencias para saber qué es lo que le compete; se supedita también por el carácter, la personalidad y el autoconcepto. Si se toma conciencia de todo ello y se asume el compromiso profesional a manera de compromiso social, entonces estaríamos hablando de sujetos competentes, capaces de generar alternativas para abordar situaciones problemáticas y modificarlas a grado tal que los resultados obtenidos sean satisfactorios.

La pregunta obligada, ¿es la actitud la que condiciona el desarrollo y fortalecimiento de las competencias en el ámbito educativo? Si la respuesta es afirmativa entonces estaríamos hablando del ser docente y del docente como ser.


Contactar con el autor: espinodelara@yahoo.com.mx
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Comentarios




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José Antonio
30 de agosto de 2010


El poner este tema en el foro es muy enriquecedor. Por lo que he leído sobre las concepciones que se tienen sobre las competencias, me parece importante rescatar la idea de que se dominan los terminos pero que no se llevan a la práctica.

Las competencias tienen que ver con el hecho de lo que enseñamos a nuestros. alumnos desde tres saberes:

1) SABER como conocimiento adquirido por medio de aprendizajes academicos, de investigación, etc.

2) Saber se refiere al SABER HACER, es decir ser competente en lo que a la productividad se refiere, al manejo de las habilidades y destrezas.

3) Por ultimo el SABER SER, es decir poner en práctica los valores y actitudes positivas que nos hacen ser mejores personas consigo mismo y con los demas.

Este enfoque cognitivo conductual, se contrapone con aquel conductista en donde se favorecian los aprendizajes memoristicos, y estoy a favor de ello.

Recientemente le pregunte a mis alumnos de secundaria tercer grado, si de adultos les gustaria ser de los que crean, producen e innovan, o de los que obedecen indicaciones y procedimientos, la respuesta fue impactante al responder: De los que OBEDECEN.

Esto me lleva a dos conclusiones:

La primera que en la práctica educativa urge un cambio y que talvez este modelo de competencias sea muy bueno siempre que se lleve a la práctica, se evalue el proceso y se respete en cada persona el ritmo de aprendizaje, y no poniendo una calificación que en mucho demerita el esfuerzo de los estudiantes.

La segunda es en función de que si estamos enseñando por competencias, por que los exmanenes a nivel mundial no han cambiado, siguen siendo conductistas, evaluan el aprendizaje memoristico en muchas de las materias como lo es historia, Enlace, Pissa, Comipems, etc. Hacen una verdadera exclusión en la enseñanza y dejan de lado las competencias que exigen sean aprendidas en los planteles.

Me parece alarmante seguir preparando individuos que se sometan al sistema en vez de cercer como personas y país.

Gracias y en verdad tenemos que cambiar nuestros procesos de enseñanza-aprendizaje.




Contactar con el autor: esefoantony@hotmail.com

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Rocío Andrade
26 de agosto de 2010


Conceptualización de competencia:

Se parte del hecho de que el término competencias es de carácter polisémico, y que a nivel nacional e internacional su uso y aplicación depende de la manera en que se le ha conceptualizado (en los distintos ámbitos como por ejemplo el profesional, laboral y educativo, entre otros), de manera específica en la educación, su uso varía en función del enfoque desde el cual se aborda para su desarrollo, como parte del currículo escolar.

Al hablar de competencia se debe tener presente la polisemia de dicho término, los distintos enfoques a partir de los cuales se le conceptualiza, así como el momento histórico por el cual transita dicho concepto, es necesario tener claridad para no caer en confusiones que nos llevarían a tomar diferentes enfoques, escuelas o visiones de la competencia sin darse cuenta de las diferencias que tienen en relación a los marcos referenciales y contextuales de dónde surgen.

No es lo mismo hablar de una competencia en educación (en su sentido general), que de una competencia profesional o una de tipo laboral, porque las finalidades y contextos en que éstas se desarrollan son distintos, no es igual referirse a estudiantes de educación básica o media superior, que a profesionistas (o egresados de una carrera profesional) o trabajadores de una empresa o industria, como ya se dijo, los fines que estas personas persiguen y los contextos (escenarios) en donde se desarrollan son diferentes. Por lo cual se afirma que el concepto de competencia tiene variaciones dependiendo del ámbito en donde ésta se ubica.

Por todo lo anterior, es que cobra importancia en un primer momento “conceptualizar la competencia”, y tener claro cómo es que se entiende dicho término, para después tener en cuenta “¿qué es lo que se requiere para desarrollar competencias en el proceso enseñanza-aprendizaje?”, al respecto Pérez y Soto (2009), hacen referencia a los contextos y ambientes de aprendizaje, a que no basta con cambiar enfoques metodológicos o diseños curriculares, sino se hace una adaptación de los ambientes de aprendizaje y de los contextos en que se da la producción del conocimiento, la aplicación práctica del mismo y la reproducción de los saberes.

Son extractos de una conferencia con la que proximamente participare en un Coloquio en Querétaro.

saludos.




Contactar con el autor: rocioandrade2002@yahoo.com.mx

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Misael
24 de agosto de 2010

Hoy en día se encuentra inmerso en cualquier discurso educativo la palabra competencia, pero mucho maestros todavía no la han podido definir en razón de su aplicación metodológica en el aula. Los enfoques, corrientes filosóficas y epistemológicas que la sustentan son variados y válidos, pero deberíamos dejar de lado un poco la teoría y empezar a enseñar a los docentes como llevarla a práctica. Sabemos que la competencias implica una saber hacer con el conocimiento obtenido en la escuela, la familia y la sociedad, pero hasta este momento no se ha dicho como cambiar de la forma de enseñanza tradicional a la estructurar en base a competencias. Durante las jornadas de capacitación nos hemos dado cuenta que los docentes manejan a la perfección los términos pero no los llevan a la práctica porque todo queda en el discurso educativo. Nos entregan planeaciones basadas en el enfoque por competencias, perfectamente estructuradas, pero que no deja de ser papel escrito porque no se llevan a la práctica, por lo que compagino mis ideas con las que vienen en este foro de que el problema no está en los enfoques que rigen la enseñanza, sino en la actitud con la que cada maestro afronta el reto de reconfigurar su quehacer docente al interior de cada aula de clase. Si no existe un cambio real de actitud, desde el docente, directivo, asesor, padre de familia, inclusive medios de comunicación, las reformas nunca dejarán de ser más que papel escrito.


Contactar con el autor: enr_menriquez@ifodes.edu.mx

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Daniel Marquez UMES
19 de agosto de 2010


Es común en los medios académicos escuchar la palabra competencia, ver la formación enfocada a esta perspectiva pedagógica e incluso la promoción de dicha perspectiva teórica por parte de alumnos de técnicos pedagógicos provenientes de diversos ámbitos.

Sin embargo, me parecen pertinentes los comentario de sendas personas en el mes de julio entorno a este artículo. Sobre todo en cuanto a conocer el origen y la ideología detrás de esta propuesta.

Y es que no podemos vivir de asumir perspectivas didáctico-pedagógicas sin antes analizar la filosofía educativa de la cual proviene, de lo contrario nos moveremos en el ámbito del esnovismo y nos dejaremos llevar por cualquier propuesta sin antes discernir sus implicaciones y efectos en nuestras sociedades.

Me parece que las competencias sí orientan el aprendizaje a cosas "prácticas" a "actitudes medibles", sin embargo me suena a una perspectiva anglosajona pragmática que busca la producción (sea en el ámbito y condiciones que sean)al costo que sea.

Suena también a un mundo competitivo donde tengo que sobresalir o sobrevivir en un mercado laboral.

Las competencias para la vida según con sus diversas orientaciones tienen viabilidad en cuanto desarrollan realmente al ser humano en su multidimensionalidad. Pero, ¡cuidado!, de todo hay que tomar lo bueno y saber desechar lo malo y sus efectos.

Si no, ayer fue aprendizaje significativo, luego constructivismo, hoy competencias y, ¿mañana qué?

Hagamos síntesis, tomemos lo bueno de cada perspectiva pedagógica, pero sobre todo creemos propuestas, critiquemos sin miedo lo que se nos propone. Si no estaremos condenados a simplemente dejarnos llevar por un sistema económico capitalista y de corte político neoliberal que más que introducirnos a la Sociedad del Conocimiento que se está gestando nos hará dormir letárgicamente en una aldea global que mal orientada simplemente nos utilizará mientras servimos y luego nos echará a la basura.

Y ¡NO! Somos seres humanos que si bien hemos de desarrollarnos integralmente, también tenemos que tener la libertad con criticidad para decidir nuestro horizonte, sea lo que sea que nos desean imponer...

La Utopía siempre es posible, soñemos mejores modelos, vivamos mejores modelos y sobre todo hagamos a nuestros alumnos creadores de nuevas propuestas.

Allí el reto de la educación, la verdadera humanización para una humanidad diferente. ¿O no creen que una nueva humanidad es posible?




Contactar con el autor: scoth777@yahoo.com

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Maynor Aguilar UMES
17 de agosto de 2010


Me parece muy interesante el tema de las competencias y sobre todo que se valore a cada persona como ser individual, es decir, su forma de pensar, sentir e incluso las cosas que le gusten. Me parece bien todo el tema, pero, también me gustaría que tomen en cuenta la necesidad de hablar de la libertad de cada persona, porque al fin y al cabo, la persona que crea una competencia, no piensa igual que la persona que esta siguiendo la competencia.

Tal vez un tema que debiera debatirse es crear las competencias en base a las características del grupo, involucrando entre ellas, retos a vencer y estrategias de resolución de problemas.




Contactar con el autor: maynoraguilar@gmail.com

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Dinora UMES
17 de agosto de 2010


Las competenccias son las habilidades, destrezas, conocimientos de la persona que por medio de la acción da a conocer sus aptitudes en el desempeño laboral, profesional con el desarrollo del aprendizaje dado.

Allí se destaca la forma de ser de la persona y se da por medio de la actitud; actitud es simplemente la cualidad, la forma de actuar, de vivir, convivir, de proyectarse más allá, la forma de sentir, de hablar, de dialogar con los demás. El estilo de vida dela persona sin condición alguna. Estoy de acuerdo con el autor cuando habla de proactiva porque va mas alla de lo que queremos lograr todo comienza con la iniciativa, de realizar las cosas de una manera efectiva. Y todo lo mecionado se puede realizar por medio de los valores y principios ciudadano, docente. Mantener una postura de pensamiento positivo podemos foratalecer nuestra manera intelectual, sentimental emocional. Culminando nuestro competencia comienza en lo más profundo de nuestro ser, prácticando accionando lo que queremos lograr asumiendo responsabilidades, dedicaciones y sobre todo asumiendo un compromiso espiritual, intelectual con los educandos.




Contactar con el autor: dinorahicha@gmail.com

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Rocio Marisol UMES
17 de agosto de 2010

Las competencias son un cambio importante en la educación pues han ayudado en muchos sentidos entre crear un tipo de estructura y ser eje de accion, pero al caer como un tema de moda que debemos de imponer solamente, se ha caracterizado a que los establecimientos digan que “manejan” las competencian pero en verdad no las ponen en práctica, y lo alumnos no llegan al estado de un aprendizaje significativo. Para mi es muy importante que si vamos a seguir algo nuevo y muy interesante que nos ayudara en muchos sentidos lo debemos de seguir a conciencia mejorando nuestros errores y transformando procesos que nos favorezcan en nuestra enseñanza y guia hacia los demas. La actitud, la personalidad y el caracter por supuesto que estan ligadas en el fortalecimiento de las competencias, ya que estos ayudaran a guiarlos al estado de estar dispuestos a tener un autoconcepto y a ser sujetos competentes hacia un compromiso social llegando como personas que se plantean que hacer y realizarlo creando su propio exito; ya que al hablar de seres competentes lo evidenciariamos en la practica constante como base una realidad social.


Contactar con el autor: rox_gm5@hotmail.com

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MARIA IRMA
17 de agosto de 2010

CREO QUE ES UN TEMA MUY INTERESANTE. EL MAESTRO ES EL ENCARGADO DE PROPONERLE AL ALUMNO ACTIVIDADES QUE LE PERMITAN DESARROLLAR LAS COMPETENCIAS. PIENSO QUE COMO EDUCADORES DEBEMOS CONOCER EL TEMA Y SER POSITIVOS CON RESPECTO A LOS CAMBIOS. HAY QUE FOMENTAR EN EL ALUMNO EL INTERES POR APRENDER PARA LA VIDA Y NO SOLO PARA EL MOMENTO.


Contactar con el autor: irma_con95@hotmail.com

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María José UMES
16 de agosto de 2010

Yo pienso que las competencias son el conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes que nos permiten afrontar y solucionar problemas de la vida cotidiana. El desarrollo de las competencias es un proceso gradual que involucra a la persona en su totalidad y no se refiere sólo a la adquisición de conocimientos. Considero que el centro del aprendizaje es el alumno; sin embargo, el docente juega un papel muy importante en el desarrollo y fortalecimiento de las competencias. Pienso que el maestro es el responsable de formar a sus alumnos, creando ambientes propicios que faciliten un aprendizaje significativo. Para lograr esa formación integral basada en competencias, creo que la actitud es fundamental. Es imposible alcanzar nuestros objetivos si no estamos verdaderamente comprometidos con lo que hacemos. Si el docente no está motivado y manifiesta actitudes negativas, no se pueden desarrollar las competencias en los educandos. Considero que, como educadores, primero debemos conocer e investigar sobre el tema de las competencias; muchas veces nos quedamos con definiciones básicas pero en realidad no manejamos el tema a profundidad. No podemos implementar algo si no sabemos qué sentido tiene y cómo hacerlo. Es necesario que el docente conozca el tema y le encuentre un sentido; de esa manera, el maestro podrá favorecer al desarrollo de las competencias en sus estudiantes. Pienso que el docente debe dar el ejemplo y manifestar siempre una actitud positiva y optimista. Creo que es muy importante asumir el compromiso social de la educación y estar conscientes de la gran responsabilidad que tenemos como formadores. Para mí, es necesario estar dispuestos a cambiar, aprender e innovar. Actualmente, estamos viviendo una serie de cambios que serán verdaderamente significativos y trascendentes si los vemos de una manera positiva y optimista como una oportunidad para mejorar.


Contactar con el autor: majo_con15@hotmail.com

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Alejandra González UMES
16 de agosto de 2010

Entiendo por ciudadanía los deberes y obligaciones que se tienen como residentes de este país, buscando la mejoría de las condiciones de vida propias y de los demás. Ser mujeres y hombres de bien capacitados para enfrentar los nuevos retos que cada día se presentan. De todo esto mi punto de vista es que tanto maestros y padres debemos de inculcar desde niños los valores,derechos,deberes y obligaciones que se deben de tener como ciudadanos, para que el pais crezca por medio de sus conocimientos y sus propuestas dejando que ellos mismos sean criticos de lo que pasa a su alrededor y aportando ideas y sugerencias para su propio beneficio y el de los demás.


Contactar con el autor: princessalejandra0582@hotmail.com

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Marcelo UMES
16 de agosto de 2010

Definitivamente antes de poder hablar de procesos de desarrollo educativo en la línea de las competencias es fundamental trabajar en la actitud con la cual se asumen las diferentes responsabilidades de la vida, esto implica que un primer trabajo educativo es la consolidación de una robusta base humana de los educandos, sobre la cual se pueda construir con fortaleza todos los conocimientos y habilidades necesarias para el desarrollo integral de sus potencialidades. Todo esto nos lleva a propiciar espacios adecuados, con personal capacitado y contar con el mínimo de los recursos que permitan una mejor calidad educativa.


Contactar con el autor: marceloccss@hotmail.com

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Sor Lucero Henríquez (UMES)
16 de agosto de 2010

Estoy deacuerdo con el autor de este artículo, porque la realidad en nuestro medio social y cualtural, sea cual sea; el tema de las competencia ha sido muy manoseado, y por qué no decirlo comercializado-. Lo cual nos hace caer en cuaneta como decente que tenemos un gran reto para la formación de nuevas genraciones, que sean capases de ser PROACTIVISTA Y reactivista para la sociedad. El papel que como docentes tenemos que desempeñar es un reto que marca un camino de esperanza, porque no debemos actuar o aparentar ser maestros o catedráticos, sino serlo desde nuestro actuar hasta nuestro estilo para educar, manteniendo las pautas marcadas porcada institución educativa. POrque en medio de toda enseñanza debemos buscar un sano equilibrio para que cada alumno pueda llegar a descubrir la importancia de la formación y el papel que debe tener dentro del medio en que se desenvuelve, porque, el que la sociedad mejore depende mucho que todos ocupemos el lugar que nos coresponde. El articulo me parece muy puntualizado y con mucha conciencia de los problemasque nos estmos enfrentado en la actualidad. Que nuestro Señor bendiga a todos los educadores.


Contactar con el autor: sorlucero@hotmail.com

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Paulina Coché Tzina umes
16 de agosto de 2010

Bueno, el tema de la competencias es un tema fundamental, crea en el alumno carácter para enfrentar las realidades de la vida, hace que alumno sea capaz de resolver sus propios problemas y ser útil para su sociedad, la aplicación de las competencias en las aulas primero debe apropiarse el maestro para ser ejemplo para el alumno. las competencias desarrolladas crea también autoestima alta en una sociedad, sus diferencias los resolverian a base de diálogo.


Contactar con el autor: paurap10@yahoo.com

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EVA UMES
16 de agosto de 2010


Yo pienso que las competencias son tan importantaes en la vida de cada ser humano para ser capaces de enfrentar los diferentes problemas que se nos presentan.

Es interesante saber que la actitud es la clave que potencian las competencias, por lo tanto como docentes debemos de inculcarles a nuestros estudiantes a desarrollar estas competencias que son la base para toda la vida. Para mi es un reto muy grande por que tengo que ser coherente en el transmitir las competencias, por que los esudiantes buscan ejemplos a seguir y antes que ellos tengo que practicarlas.




Contactar con el autor: carmely26@yahoo.com

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José Hidalgo Restrepo Bermeo
15 de agosto de 2010


Las competencias en educación se ha puesto en primera línea tanto en los debates académicos, en las reformas educativas y en los lineamientos curriculares nacionales como en las planeaciones institucionales de los curriculos escolares y de en los planes de estudio de las áreas; Considero que al pensar, planear, ejecutar y evaluar el acto educativo, la enseñanza y el aprendizaje, centrado en la competencia, el docente debe tener claridad en los criterios de comprensión y aplicación de las competencias como eje estructurante de la clase.

Noam Chomsky habló de competencia referida al campo de la lingüística y la comunicación y la concibió como capacidad, que implica la disposición para el uso de la lengua entendiendo en el marco de la lingüística generativa una estructura profunda y una estrutura superficial; de aquí se deduce que la competencia implica una acción de pensamiento, una dimensión intelectual, una disposición que es actitud pero también de contar con las herramientas necesarias para el uso, como el uso, el desempeño en el acto de habla. Si se me permite esta comparación, es lo que Aristóteles llama potencia y acto. Son niveles de la competencia en una unidad compleja de relaciones que no se aislan.

Pero la competencia también ha llegado a la educación por la vía de la productividad y la tecnocracia de la educación aplicada a la educación para el hacer, ante la crítica a la educación centrada en contenidos, y la educación academicista, y por influencia del mercado y el sector empresarial, se ha reducido la compentecia al desempeño, en términos de los resultados.

En este sentido de la competencia desde los fundamentos de la productividad y los resultados, se necesita técnicos operativos, que sepan hacer, operar, son competentes, pero esta reducción de la competencia a la operatividad, esconde la dimensión del pensamiento crítico, la responsabilidad intelectual del docente y del estudiante; de aquí que a la par que los ministerios de educación implementan la competencias, las fundamentan en estándares básicos, pero además, excluyen las interlocuciones con los sindicatos de maestros, con los movimientos esutiantiles, mientras que cada ves se consolida la interlocución entre los ministerios de educación y el sector empresarial y cada vez adquiere más relevancia los empresarios de a educación.

El discurso de las competencias no es neutral, el discurso de las competencias está cargado de connotaciones sociales, pedagógicas y políticas.

En el marco de la autonomía escolar, la institución educativa debe definir desde qué posicionamiento asume las competencias como eje estructurante del currículo y plan de estudio.




Contactar con el autor: josehires@gmail.com

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Gladis A. Valdizón.
14 de agosto de 2010


Considero que las competencias son ejes de acción de suma importancia para la formación y actualización de cada uno de los docentes ya que la personalidad, por lo general, está condicionada a las situaciones que vive el individuo en su contexto, conformar la personalidad implica participar en acciones de fortalecimiento intelectual, emocional, físico y espiritual. Implica también manifestar un determinado nivel de competitividad, pasando de un saber qué es lo que me compete hacer, a un decir qué es lo que debo hacer y demostrarlo con acciones.

Gladis UMES.




Contactar con el autor: glad1968@hotmail.com

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MILITZA
14 de agosto de 2010

Es importante que todos los docentes sepan y trabajen por medio de competencias ya que de esa manera trabajaremos con los alumnos, si les enseñaremos a ellos debemos empezar por nosotros, los alumnos aprenden por medio de la imitaciòn en muchas cosas por lo tanto demos manejar muy bien el tèrmino COMPETENCIA, se debe poner en pràctica y no solo quedarnos en torìa, los docentes siempres debemos formarnos y actualizarnos, si nosotros lo hacemos nuestros alumnos tambièn lo querràn hacer, muchos querràn ser como nosotros por eso es fundamental que seamos buenos profesionales y lo hagamos por amor a nuestra profesiòn ya que es un papel sumamente importante, los alumnos lo realizaran con el mismo entusiasmo. Los alumnos tendràn èxito dependiendo de la actitud que tengan con la vida.


Contactar con el autor: militzasagastume@gmail.com

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Neri Paniagua UMES
12 de agosto de 2010

Yo pienso, que lo más importante como docentes es que favorezcamos que nuestros alumnos desarrollen estas competencias, pues son base para toda la vida, estas no solo se aplican en uno u otro lugar sino en todas partes dentro de nuestra sociedad, pero sobre todo pienso que nuestro ejemplo debe de ser el que eduque, nosotros como educadores debemos de ser los primeros en poner en práctica estas competencias, porque sino que les estamos enseñando a nuestros jóvenes alumnos, ellos siguen modelos, buscan tendencias y es importante que en ese momento aprovechemos nosotros para incidir en ellos de una forma favorable para el resto de sus vidas, por esto siento que para mi es un compromiso el que yo sea el primero en practicar estas competencias para luego trasmitirlas y no solo en los salones de clase como tema específico, sino también como linea trasversal a lo largo de toda la vida.


Contactar con el autor: neri.paniagua@gmail.com

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Efrén Artiga UMES
10 de agosto de 2010

Para mí, es importante, que como docentes les vayamos enseñando a nuestros alumnos a trabajar en base a competencias, porque así, ellos llevan a la práctica el aprendizaje en contextos o situaciones particulares, es decir, que los estaremos preparando para que adquieran la capacidad de afrontar y solucionar problemas de la vida cotidiana y si empiezan por aprenderlo en la escuela (o colegio), y esto es significativo para ellos, lo implementarán luego en su vida social y laboral.


Contactar con el autor: efren.artiga@gmail.com

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Luís Hernando Rincón Bonilla
10 de agosto de 2010


LAS COMPETENCIAS EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR ALGUNAS CONSIDERACIONES PARA UN DEBATE INDISPENSABLE.

“La educación superior forma parte de la industria del conocimiento, aunque en un sentido particular porque produce competencias. La educación superior genera graduados con habilidades para manejar los conocimientos de modos determinados”. Ronald Barnett.

Asistimos en los albores del presente milenio a profundas transformaciones en todos los órdenes de la vida. Las reformas que se están llevando plantean el papel de la educación como eje central de los procesos sociales, económicos y productivos matizados con el extraordinario avance tecnológico derivado del desarrollo del conocimiento. Este hecho irrefutable nos coloca en una sociedad que le exige a la escuela en todos sus niveles, especialmente a la Universidad, una renovación permanente, para que sea capaz de acompañarla en la interpretación de los fenómenos y la búsqueda de alternativas frente a los retos de un nuevo mundo cargado de incertidumbre. El aprendizaje está pasando de ser visto, como un resultado que depende del influjo de agentes externos sobre el aprendiz; a ser entendido como, una serie de procesos que son dirigidos por el mismo sujeto y que tiene ocurrencia en una situaciones relacionales recursivas con el entorno que no dependen de una única causa. Son estos entre otros los aspectos que quiero enfatizar en esta reflexión , que nos convoca , para pensarnos y pensar al Alma Mater que educa y enseña a su sociedad acerca de la cultura y el conocimiento ( ciencia, tecnología, etc,), y sobre su significado y sentido en el desarrollo humano individual y social, que apuntan a precisar las posibilidades que tiene el trabajo del docente para alimentar la búsqueda de una escuela con sentido en el mundo globalizado, como una alternativa para enfrentar las tendencias consumistas y las imposiciones de ciertos organismos multinacionales que quieren globalizar nuestro sistema educativo a toda costa por la vía del capitalismo neoliberal. La globalización como el fenómeno central del desarrollo de la humanidad que se ha configurado desde las últimas décadas del siglo XX, ha tenido sus efectos tanto positivos como negativos, se presenta como inevitable, como necesaria, como resultado de la evolución de la humanidad; se ha ido construyendo a partir de decisiones y acciones que tienen su aparición histórica, con fechas, actores e intereses concretos; sin embargo, no podemos aceptar los cambios que en ella se proponen como algo incuestionable, no garantiza que el mundo futuro va a estar más unido políticamente, va a ser más equitativo económicamente, socialmente más solidario y culturalmente más rico”(PEDRÓ, F- ROLO, J., 1998).

Hay dos tipos de transformaciones que caracterizan las nuevas miradas sobre la educación. Una institucional que la convierte en un proceso que debe abarcar toda la vida y la otra que tiene que ver con cuales son los conocimientos que cuentan, lo que ha devenido en un nuevo vocabulario matizado con términos como transferiibilidad, resultados, aprendizaje experimental , capacidad de empresa y competencia. La actual reforma de la educación superior que se viene implementando en Colombia, ha evidenciado la confrontación entre dos miradas rivales con respecto a las competencias: una que privilegia las competencias operacionales y otra más identificada con las competencias académicas, las principales notas distintivas de cada enfoque son las siguientes: Las que privilegian el paradigma de las competencias operacionales, sus fundamentos epistemológicos están orientados al Saber cómo, las situaciones en que se evidencian son definidas pragmáticamente, su foco se centra en los resultados, que produce el aprendizaje experiencial, su evaluación es expresada en términos económicos, la transferencia de aprendizaje apunta a las metaoperacones y su finalidad apunta a mejorar la eficiencia práctica de los egresados del sistema. Los proyectos formativos centrados en las competencias académicas, se centran en le paradigma del Saber qué, las situaciones que privilegia están definidas por el campo intelectual, su foco para el estudio y el aprendizaje son las proposiciones, la evaluación apunta a la búsqueda de la verdad, la transferencia de los conocimientos y el aprendizaje radica en la metacognición, y su finalidad se encamina a mejorar la comprensión cognitiva de las disciplinas. A partir de las anteriores consideraciones vale la pena hacer un repaso de las funciones que han caracterizado a la Universidad, vemos que la más importante ha sido aquella que reconoce “su potencial y capacidad para ser mediadora en al construcción de cultura, como corresponde a todo proyecto educativo. Pensar la universidad como mediadora para que el ser humano pueda desplegar su propia naturaleza como inaugurador, como iniciador, como permanente creador, la coloca como una institución privilegiada en el desarrollo del proyecto de la humanidad y le otorga la posibilidad de ser forjadora de comunidades. Esto implica que a través de la universidad se ponen en juego los sistemas simbólicos, los sistemas normativos y los sistemas de expresión de las diversas localidades donde están insertas; lo que da a los individuos un arraigo y unos fines.” Que le deben permitir ser la conciencia crítica de la época que le permita liderar la comprensión de las posibilidades y limitaciones del momento histórico que vive la sociedad en al cual se haya inserta, lo que necesariamente la conduce a ser la posibilitadora del ejercicio responsable de cualquier actividad profesional que se vuelva pública en la sociedad, lo que comúnmente denominamos profesiones. Lo que parece evidente en muchos documentos para la obtención de los registros de calidad de sus programas académicos que las universidades colombianas han presentado ante el Ministerio de Educación Nacional, es la aplicación simplista del expediente de asignaturizar la formación y reducirla a un agregado de cursos con los cuales supuestamente se logran los valores, la eticidad y el pensamiento crítico como elementos básicos de una formación integral; lo que necesariamente ha coadyuvado a mantener la hegemonía del desarrollo de las competencias operacionales , en donde las aproximaciones a los problemas prioritarios de la sociedad, siguen estando muy distantes de la vida académica , de las actividades de investigación y del diseño de proyectos de presencia social de muchos programas universitarios.

Las competencias reflejan intereses sociales estructurados que manifiestan intentos de definición de una actividad social fundamental como es la educación, son proyectos normativos para lograr fidelidad por parte de sus seguidores y al mismo tiempo consideran que su definición es la válida. Restringiendo la posibilidad de considerar otras alternativas existentes. Estos elementos constituyen los eslabones fundamentales de una ideología., que es el neoliberalismo.




Contactar con el autor: luishernando.rincon@gmail.com

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lvega aguirre Leonel
5 de agosto de 2010

A partir de la decada de los 80 del siglo pasado se han venido desarrolando todo lo relacionado al tema de las competencias laborales, las cuales tienen una realidad diferentes a las competencias educativas que se esperan que los estudiantes tanto de primaria, secundaria y universidad alcancen.Desde un punto de vista funcioanlista y utilitario,la realidad del mercado de trabajo estblece un nuevo modelo de formación para el trabajo productivo, normalmente desarrollado en instrituciones de formación profesional y en algunos colegios tecnicos profesionales. las comptencias tienen como finalidad que los egresados de los centros antes mencionados puedan salir al mercado con conocimiento, habilidades, destrezas, conocimientos actitudes que tienen que ser demostradas en la vivencia del mercado, se es competetente , cuando la persona puede demostrar mediante evidencias tangibles que puede trabajar y mostrar sus competencias. Las competencias a nivel del trabajo han sido promovidas por la OIT, y en el caso de America Latina la Cinterfor.En relación de trabajo y aprendizaje, existen tres sujetos sociales que son los activos : Los estudiantes, las Instituciones de formación profersional o educativas, y el mercado de trabajo. solo se es competente , si se domina una profesión, a nivel de los modelos formativos se puede decir que las competencias nacen en inglaterra y forma parte del desarrollo economico, social, educativo y cultural de un país, luego este modelo se ha extendido por muchos países. Hay muchas arista para ver en el contexto de la educación o formación por competencias, iniciando por ?cuales son las instituciones que lo promueven?bajo cual norma de competencias?, Quien certifica que los trabajadores son comptetentes?,¡ cómo se ouede decir que un programa es el adecuado para darse a los estudiantes trabajadores?,? cuáles son los nuevos contenidos curriculares?,¡bajo que parametros se elaboraron?, ?cuales son los niveles de competencia a obtener? solo en las empresas o tambien en las escuelas?.Ahora bien ¡ cómo se pasaron los conceptos de competencia laboral , a las competencias a obtener por los estudiantes? ?e¿n cuales materias, contra cual norma educativa? ¿ cuales son los beneficios para la educación general se obtienen? ¿ qé concordancia tienen con las competencias laborales?¿ quienes son los diseñadores curriculares? ¿ han sido formados en este nuevo modelo educativo?, ¿cómo se comprueba qué este modelo es superior o mejor que los modelos tradicionales de enseñanza-aprendizaje. Ahora bien ¿cómo se puede definir a un docente con competencias para enseñar? ¿ cual es la malla curricular?¿ cúales son los perfiles para los deocentes, diseñadores, escuelas, estudiantes ,material didactico y otros? y por último que pasa con los estudiantes que no alcancen los niveles de competencias establecidos?¿ cómo son los procesos de evaluación de los aprendizajes?


Contactar con el autor: lvegaaguirre@ina.ac.cr

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Nancy
2 de agosto de 2010


El tema de las competencias, tema del cual se viene hablando hace ratico.

En la academia se habla de competencias, pero en realidad es en teoria; bueno es de lo que me podido dar cuenta en varias centros de capacitación donde se dice que se trabaja por competencias, pero en realidad en la práctia no se ejecuta como debe ser y terminamos por legalizar el proceso, pienso que es por la falta de capacitación y compromiso, de todos los actores que tienen que ver con el proceso de formación en competencias. Además me he podido dar cuenta que reducen la intensidad horaria, el profesor tiene que dedicar más tiempo a las asesorias a los estudiantes y con menos sueldo, en el caso de docentes por contrato, esto desmotiva y genera rechazo al proceso, convirtiendo al docente en un cuello de botella para que no se implemente el proceso.

Nancy Prada.




Contactar con el autor: pradonancy@gmail.com

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ELOY CAMPOS MORAN
27 de julio de 2010

Actualmente con las reformas curriculares para un libre transito de estudiantes en los diversos subsistemas educativos a creado la actitud de generar competencias genericas, disciplinarias y profesionales en el aprendizaje del alumno empleando medios y formas didacticas tanto del estudiante como el docente a traves de sus secuencias didacticas a inicio de los cursos semestrales y ciclos escolares.


Contactar con el autor: camposmoran_1@hotmail.com

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Rodrigo Prieto Sánchez
27 de julio de 2010


Efectivamente la enseñanza a lo largo del tiempo ha sufrido múltiples transformaciones, que en la mayoría de los casos han generado confusión tanto en los maestros como en los estudiantes, no por sus definiciones sino por su operacionalización, dando como resultado una sensación de frustración en todos los actores del colectivo educativo. Sin embargo, la ultima reforma educativa que introduce el modelo por competencias es la nueva esperanza que promete la formación de estudiantes exitosos, pero no tanto por la cantidad de información o conocimientos académicos (común en lo que se ha denominado como educación Bancaria), sino por que saben como obtenerlos y sobre todo como utilizarlos en su que hacer cotidiano.

Esta educación por competencias propone un cambio del modelo pedagógico tradicional, en donde el profesor es el actor mayoritario en el proceso de enseñanza, a uno en donde el alumno es el protagonista de un proceso en el cual la autoformación es una estrategia preponderante. Esta nueva visión del proceso enseñanza-aprendizaje (quizás en muchos casos mal interpretada o mejor no muy bien valorada), requiere de un cambio trascendental en el papel del educador, que implica el paso desde un docente que transmite información a uno que es facilitador del aprendizaje, de un educador autoritario a uno abierto a la discusión y sobre todo a un profesor que tiene la capacidad de otorgarle responsabilidad y compromiso a sus alumnos (sin declararse ajeno de sus propias), frente a su proceso de formación. Bajo esta concepción la labor del profesor será orientar, guiar, moderar y facilitar una adecuado proceso de aprendizaje del alumno. En lo propio el alumno dejará su papel pasivo, en el cual recibía y luego memorizaba en un proceso repetitivo, un gran volumen de materias que finalmente terminarían siendo olvidadas, en muchos casos por no encontrar su aplicabilidad, y se convertirá en un alumno que propone, cuestiona y hace parte activa de su proceso de formación.

Bajo el anterior contexto la educación por competencias es quizás una de las mejores reformas propuestas para la educación, con un pequeño inconveniente (que todas las anteriores reformas han tenido), la implementación súbita y en muchos casos sin la contextualización local, regional e incluso nacional que permita pasar de lo abstracto a lo concreto y sobre todo a lo cuantificable, medido en la apropiación y aplicación del conocimiento en miras del desarrollo y solución de problemas en las escalas ya mencionadas. Es así que para que este enfoque por competencias resulte exitoso, todos los actores debemos implementarlo bajo las situaciones propias de nuestro contexto educativo-social.




Contactar con el autor: bioprieto@yahoo.es

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Carolina Gutierrez
27 de julio de 2010

La educación es un proceso complejo que integra todos los componentes del individuo; desde su propio carácter y personalidad, incluyendo la formación proporcionada en su hogar e instituciones educativas, hasta la propia consolidación de su ser profesional. En este sentido, el hablar de propender por la integración de competencias en la educación, debe verse en mi opinión como el uso de herramientas para promover el desarrollo de las mejores cualidades individuales de los profesionales en formación, así como una forma de establecer estándares comunes de desempeño en las disciplinas en las cuales pretendemos formar y ser formados. Queda claro entonces, que la actitud del docente es clave en la formación de competencias en los estudiantes, más no es el único factor determinante; puesto que el proceso formativo también se ve influenciado por circunstancias intrínsecas y extrínsecas, individuales, grupales y en última estancia sociales, que afectan tanto al educador como al educado.


Contactar con el autor: carolinagutierrez@ut.edu.co

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slastra
27 de julio de 2010

Después de leer el artículo me queda un sinsabor sobre lo que realmente entendemos por competencia. yo me quedaría con la sencilla definición de saber hacer en contexto. Ser competente entonces será la capacidad de usar lo que he aprendido en situaciones de la vida real, para propósitos reales es decir, pensar en un desarrollo de competencias nos lleva a pensar en una educación que guia en la academia y prepara para la vida por que considera que el individuo es un ser capaz, que viene a la institución educativa con todo un bajage de experiencias, aptitudes, concepciones, etc. Pensar en competencias desde la educación nos tiene que llevar a considerar el mundo de la vida, donde operan los contextos, lo objetivo y lo subjetivo. No podemos reducir el concepto solo a undesarrollo o evidencia de actitud porque creo que ignorariamos otros elementos que se conjugan a la hora de actuar y hacer frente a diferentes situaciones.


Contactar con el autor: slastra@hotmail.com

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clauribek
27 de julio de 2010

Vivimos en una época en la que constantemente se generan cambios en las condiciones culturales, económicas, sociales y políticas, estas hacen enfrentar a los nuevos profesionales a retos grandes, es por ello que estos deben ser capaces de elegir, analizar, investigar, innovar y generar tecnología. Debido a esto se ha hecho necesario un replanteo en los conceptos básicos de la planeación estratégica de las universidades, las instituciones obligatoriamente requirieren un cambio, esto para poder anticiparse a las exigencias a las que sus alumnos se enfrentarán en su vida profesional, es allí donde entra en juego las competencias, Las competencias tratan de que todos dominemos el ejercicio de un determinado quehacer, no de que compitamos unos con otros en una especie campeonato. Las competencias son un conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas, aptitudes y actitudes que, relacionados entre sí, permiten al individuo argumentar, interpretar, proponer y actuar en todas sus interacciones a lo largo de su vida. Desde el punto de vista educativo, las competencias son la capacidad de realizar una actuación idónea en un contexto apropiado. La pregunta es, las instituciones educativas realmente encaminan su enseñanza hacia el desarrollo de las competencias?, Sus docentes esta formados y capacitados para ello?, o simplemente son propósitos que quedan en un papel como estrategia en sus planeación.


Contactar con el autor: clauribek@hotmail.com

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Jorge Victoria
27 de julio de 2010

Las competencias se han concebido, al menos al principio, como solo la apropiación de un saber disciplinar y la manera como llevarlo a la práctica, marginando desde todo punto de vista la integralidad de los estudiantes. Autores como Sergio Tobón abordan el problema y se plantea entonces el Saber hacer en contexto; este contexto involucra componentes de integralidad que sin lugar a dudas incluyen a la actitud, los valores, la ética, la responsabilidad y demás cualidades tan importantes pero tan ausentes en nuestra juventud. Vale la pena recordar que nosotros somos los formadores de estos muchachos, y si hay crisis, entonces la crisis está en nosotros. Es fudamental modificar un poco del paradigma de enseñar solo conocimientos y la manera de llevarlo a la práctica; debemos volver a retomar la integralidad como eje fundamental de nuestra labor docente y no solo como letra muerta del Plan de Desarrollo Insitucional - PEI, la misión, la visión y demás parafernaria documental que adorna los textos de cada institución "educativa". Mil gracias.


Contactar con el autor:

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MARIO FERNANDO CIFUENTES SEGOVIA
27 de julio de 2010

El proceso educativo debe estar acorde al significado de los tiempos de hoy; el dìa tras dìa implica conocer màs y afianzar màs en el conocimiento, lo que obliga la preparaciòn ìntegra del formador y de sus formandos. Pero còmo se logra todo esto?, la actitud es la base de todo logro, una buena disposiciòn, una mentalidad abierta a los cambios,nuevas ideas, nuevas propuestas, hace que todo se traduzca en competencias. Hoy por hoy, las competencias, aparte de entenderse como una lucha entre congèneres es, ademàs de la actitud, la aptitud,la disciplina, la idoneidad y la capacidad que se posee en el proceso de formaciòn del conocimiento, para dar pie al nuevo eje educativo que forma, motiva y compromete hacia las nuevas metas.


Contactar con el autor: utopiadelsol@gmail.com

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Jorge Mario Vera Rodríguez
27 de julio de 2010

En primer lugar creo que es necesario ubicar en contexto el origen del auge de la implementación de la formación basada en competencias, la cual se da en el marco de una necesidad imperativa del capital de ajustar el proceso educativo a los requerimientos del mundo empresarial, del mundo del trabajo y específicamente de las nuevas formas postfordistas de organización del mismo, en aras de favorecer la flexibilización laboral y del proceso de producción, así como el aprovechar de manera integral el potencial de los trabajadores, no necesariamente con una actitud de reciprocidad hacia la sociedad... En este sentido pese a que en el debate se habla de una serie de competencias en términos del saber, del ser y el hacer, en concreto en la formación universitaria, que es principalmente de corte profesionalizante, se hace énfasis en el desempeño laboral eficiente y de hecho el referente para hacer seguimiento a la pertinencia de los modelos implementados, se hace en función de los resultados obtenidos, mirando exclusivamente hacia el ámbito empresarial, pasando por alto las claras manifestaciones de una sociedad en crisis... Desde mi perspectiva la propuesta de la formación por competencias no es perversa en sí misma, lo cuestionable es la implementación de esta, marcada por un sesgo hacia favorecer el interés de los empresarios que por desgracia privilegian la generación y acumulación de ganancias económicas con tasa crecientes, a expensas en muchas ocasiones del deterioro ambiental, de la sobreexplotación obrera, de la evasión a la ley, entre otros... Creo finalmente que sí requerimos seres humanos competentes, es decir aptos para desempeñarse en un entorno socio-natural que no requiere tanto de la competencia individualista y casi del todo vale, sino de na actitud solidaria, de disposición hacia la construcción de un nuevo proyecto colectivo de nación, de sociedad, de una nueva forma de concebir lo colectivo, las relaciones con los otros, con la naturaleza y concebirse a si mismo...


Contactar con el autor: jmario2312003@gmail.com

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José Rodrigo Cática Barbosa
27 de julio de 2010


Evidencias para Colombia.

En nuestro país no estamos lejos de la discusión permanente en torno a las competencias que se deben materializar en los estudiantes y en el ejercicio de cada profesión. Numerosos estudios, y en especial los estudios del proyecto Tuning, han identificado competencias genéricas para América Latina y competencias específicas para algunas disciplinas.

La necesidad de formar para la transformación de la sociedad, obliga a entender que es el mismo contexto quien de forma natural y evolutiva reclama unas características del “ser” transformador (El hombre). Esas características argumentadas en unas competencias, se deben identificar y socializar a través del ejercicio colectivo y responsable de la comunidad educativa y el contexto en general.

Es por eso que los esfuerzos en el ejercicio responsable de la enseñanza, se deben concentrar en direccionar el proceso de formación hacia el desarrollo de competencias que logren una transformación proactiva de la sociedad. Una transformación proactiva de la sociedad se interpreta como la evolución anticipada de la misma sin esperar a eventos fortuitos que la obliguen a ese acontecimiento. Encontramos entonces en nuestro país, que toman fuerza los requerimientos del entorno empresarial cuando de perfiles de aspirantes se trata. Es el mismo sector empresarial quien a través de numerosos estudios viene definiendo las competencias que deben evidenciar los aspirantes en cualquier proceso de selección.

La preocupación es y seguirá siendo la operacionalización de la formación por competencias para identificar cuál es el “ser” que debe “saber” lo que estamos seguros logrará “hacer” para encontrar la sociedad de justo merecimiento.




Contactar con el autor: rocaba66@hotmail.com

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carlos alfonso quimbayo
27 de julio de 2010

En la práctica, todo sistema educativo (independientemente del modelo pedagógico predominante) ha propugnado por la formación de seres competentes, entendida la competencia, en el ámbito educativo, como idoneidad del aprendiz. Desde el punto de vista académico (competencia del saber) las competencias en todas las áreas apuntan a lo interpretativo, lo argumentativo y lo propositivo. El sistema de evaluación del aprendizaje (así en las últimas décadas el común de los profesores se haya proclamado “constructivista”) riñe con esta propuesta de competencias en lo académico, pues en los distintos niveles de la educación formal sigue primando la memorización de contenidos (ni siquiera la interpretación de los mismos) para la promoción de los estudiantes. De acuerdo con lo anterior, además de la cualificación en lo disciplinar, se requiere formar pedagógicamente a los maestros en aspectos relativos a lo metodológico y a la evaluación del aprendizaje (entre otros aspectos), para que haya coherencia entre la forma como se enseña y la forma como se evalúa. Pero las competencias del saber (en el proceso de formación de los estudiantes) deben complementarse con las competencias del ser y del saber hacer. En las competencias del ser es fundamental que la institución educativa en su conjunto promueva valores como la responsabilidad y el comportamiento ético del estudiante. Aquí entra en juego la autoridad axiológica del maestro. Las competencias del saber hacer enfatizan en lo procedimental, como la posibilidad de resolver problemas reales relacionados con la disciplina o con la profesión. En el ámbito de la educación universitaria, la formación de profesionales idóneos debe estar aparejada a la formación de buenos seres humanos, razón por la cual el profesor universitario debe estar comprometido con su actividad profesional docente. Formar estudiantes competentes solo será posible en la medida en que dicho proceso esté a cargo de maestros competentes y de que existan condiciones institucionales favorables para el logro de ese propósito.


Contactar con el autor: quimbayo@ut.edu.co

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Julian Rangel
27 de julio de 2010

Las competencias involucran un conjunto de elementos que actúan de manera conjunta para lograr que las actividades desarrolladas por las personas se realicen de manera eficaz, sin olvidar por supuesto los valores éticos. Este conjunto de elementos incluye los conocimientos adquiridos a través de los años y que se convierten en pieza fundamental para lograr las competencias. También las habilidades participan en el desarrollo de las competencias. Pero quizas, el elemento esencial es la actitud de las personas, en la medida en la cual se constituye en la verdadera motivación para lograr las metas y objetivos inherentes en cualquier proyecto.


Contactar con el autor: jarangel@ut.edu.co

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alexander martinez rivillas
27 de julio de 2010


Cada vez que leo estas reflexiones que tratan de justificar con comentarios bien intencionados la tecnocratización y estulticia de la educación para el funcionalismo del mercado, me pregunto de nuevo ¿qué es lo que pasa con nosotros, docentes de la subalternidad? ¿de qué modo, y con qué instrumentos han inscrito en las prácticas de nuestros procesos educativos el imperativo de las compentencias? ¿para qué competir, contra o junto con quién competir? Yo preferiría una educación donde la normalidad fuera la cooperación y la excepcionalidad fuera la competencia. Competencia, en el vacío de la predisposición de la conducta, es una mirada sin perspectiva del mundo vital de la educación.

Alexander Martínez Rivillas Profesor Universidad del Tolima, Colombia




Contactar con el autor: alexander_31416@yahoo.es

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Enrique Ramírez Ramírez
27 de julio de 2010

Recientemente la educación superior en Colombia está enmarcada en dos grandes variables: los créditos y las competencias. Con ambos se pretende fortalecer el trabajo autónomo e independiente del estudiante y los procesos de movilidad y flexibilidad. Sin embargo, son muy pocas las instituciones de educación superior que en la práctica realmente están aplicando estos dos conceptos. En el caso de los créditos, la gran mayoría lo hace desde el punto de vista cuantitativo y para cumplir con los requerimientos del Ministerio de Educación Nacional, se limitan a dar cumplimiento a una fórmula matemática de determinadas horas presenciales por tantas de trabajo extraaula. Respecto a las competencias, se vienen gestando una serie de reformas curriculares, que permitan centrar el desarrollo del proceso enseñanza aprendizaje en el desempeño del estudiante y del futuro profesional. La labor del docente debe enfocarse en garantizar las condiciones para que el estudiante pueda desarrollar dichas competencias. En la fase de acompañamiento debe motivar al alumno para que cada vez más perfeccione las competencias propias de la disciplina y las que les permita comportarse como un ciudadano íntegro. Se presenta un serio problema: se dan las condiciones para que los tres agentes puedan trabajar en ese nuevo escenario? Se ha formado a los docentes, se les ha capacitado para trabajar en ese esquema “competitivo”? O simplemente, a través del empirismo y del ensayo-error, el docente detecta cuáles son las debilidades y fortalezas de los estudiantes en cada uno de los componentes de las competencias correspondientes. De otra parte, llegan los estudiantes al nivel superior de la educación con la actitud necesaria para encauzar sus métodos de estudio y de aprendizaje en función de ese reto denominado competencias? Los estudiantes están llegando muy jóvenes e inmaduros sin una claridad precisa de su plan de vida y con unas nefastas consecuencias que les ha generado un cada vez más débil núcleo familiar y un círculo de amistades poco propicio con una trasposición de valores que atentan contra el autoconcepto y la autoestima. Por eso muchos estudiantes tienen problemas con lectoescritura, con fundamentación lógico-matemática y con irregulares métodos de estudio, herencia propia de un sistema de logros donde se garantizaba la “promoción automática” en el nivel de la básica y de la media. Esto genera trabas para poder interpretar, insuficiencia para argumentar y grandes temores y timidez para proponer alternativas de solución frente a una problemática planteada. Finalmente, trabajar por competencias exige un gran compromiso institucional que afecta no solo lo académico sino las esferas administrativa y financiera. Esto implica una exigencia de cambio de actitud, se requiere además de voluntad política, un compromiso de los directivos de las instituciones de educación superior, que tan pronto se percatan que el presupuesto se verá afectado, se limitan a discursos áridos dejando toda la responsabilidad al componente académico, es decir a los docentes en gran porcentaje y una menor proporción a Decanos, Directores y Jefes o Coordinadores de Area. Mientras estos tres grandes pilares no trabajen sincronizadamente, la transversalidad, seguirá siendo una simple utopía y un gran freno para actuar exitosamente en escenarios de alta competitividad, cuyos estándares son impuestos no en provincia, ni en el país sino internacionalmente.


Contactar con el autor: eramirezr@gmail.com

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Mercedes Parra
27 de julio de 2010

Las competencias es una tendencia fuerte que se ha venido dando en los desarrollos académico con el fin de responder a una política economicista. Los programas académicos han sufrido grandes cambios, como es la implementación de los créditos académicos. En el fondo de ésto, se busca que el estudiante desarrolle ciertas competencias que le servirán para su vida profesional. Sin embargo, sigue existiendo un vacio de que son las competencia, y sobre todo como desarrollarlas.


Contactar con el autor: mepalviz@yahoo.com.mx

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charotm
26 de julio de 2010

Es interesante conocer otros criterios sobre las competencias educativas. Si se parte de que la educación busca la formación del ser humano y consideramos que el ser humano es una unidad, única, irrepetible, compleja; es coherente plantear de la formación de capacidades integrales complejas (competencias), no sólo para el trabajo,sino para el desempeño en la vida, en general. En estas capacidades integrales es importante que se expliciten las actitudes o valores, pues sólo así, se pondrá atención al desarrollo de la inteligencia emocional, que involucra, el autoconcepto, la interrelación con los demás y el entorno.


Contactar con el autor: charotm@yahoo.es

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Libardo Peña
26 de julio de 2010

parece ser que con el tema de las competencias hay dificultades, pero estas dificultades se relacionan con la poca capacitación en el quehacer de las competencias, las mismas que tiene que ver con el saber hacer, también con el saber conocer y el saber ser, que son las condiciones básicas de los aprenderes de los estudiantes; de todas maneras parece que disminuiría si los docentes definen adecuadamente el objeto de estudio, la finalidad de ese objeto de estudio, el estandar de calidad y popr su puesto los valores


Contactar con el autor: liripecha56@gmail.com

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RAFAEL
25 de julio de 2010

En la práctica diaria se observa mejores desenvolvimientos o competencias de los sujetos dependiendo de su autoestima, personalidad, y actitud en su trabajo. Muchas ocasiones las personas tienen competecias muy significativas en los dominios cognitivo, psicomotor, y afectivo, sin embargo por una serie de situaciones coyunturales que se presentan en el desarrollo de las tareas, su actitud bloquea la competencia, realizando sus tareas con niveles bajos o irregulares. Por lo tanto es indudable que la forma de ser y actuar de cada uno de los sujetos determinará el grado de competencia que desarrolla y su nivel de eficacia. Por lo tanto las competencias podrán empoderarse en cada individuo dependiendo su identificación y comportamientos singulares de acuerdo a su medio o contexto donde se desenvuelve.


Contactar con el autor: rafalbu@interactive.net.ec

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JESÚS JOSÉ GRACIA LÓPEZ
25 de julio de 2010


La enseñanza con un enfoque basado en competencias surge de la necesidad de cambiar las prácticas que se desarrollan en las aulas de México. A pesar de que el docente conoce la importancia/ trascendencia de adoptar una enseñanza con un enfoque constructivista, realiza prácticas que pueden que pueden ser consideradas como tradicionalistas y en algunos casos exageradamente apegadas al conductismo, con ésto no se quiere decir que este paradigma en la enseñanza sea del todo malo, en algunas ocasiones la misma dinámica escolar lleva a aterrizar en él; el timbre para salir al recreo, las llamadas de atención con tal o cual consecuencia explícita (quitar unos minutos del recreo o poner una baja calificación), los premios cuando las cosas son bien hechas, son solo algunas de las muchas prácticas con tendencia conductista que se desarrollan en las aulas hoy en día.

Lo que definitivamente no debe permitirse son prácticas docentes que limiten a los alumnos en cuanto a la calidad del aprendizaje que adquieren. La Reforma Integral para la Educación Básica que actualmente se implementa en México pretende abolir éstas, llevar al docente a la reflexión sobre la importancia de vincular los contenidos expuestos en la currícula con el contexto en el cual el alumno se desenvuelve, principio fundamental de la teoría del aprendizaje significativo de David Ausubel, además de tomar en cuenta los conocimientos previos y tender un puente entre éstos y el nuevo contenido y con ello día con día hacer del aprendizaje una nueva experiencia rica y satisfactoria para el alumno. Sin duda una responsabilidad muy grande para el docente, quien debe fungir como mediador y facilitador del aprendizaje y al igual que la educación, el docente debe ir adaptándose de acuerdo a las necesidades y/o requerimientos de la sociedad, la cual cada día es más exigente, y por supuesto responder a las necesidades específicas del alumno. Cuando no se dan las condiciones a las cuales se hace referencia el aprendizaje no es significativo, llevando a que el conocimiento adquirido de esta forma no sea permanente, no tenga sentido y no pueda ser adaptado a nuevas situaciones a las que el alumno se enfrente. Todo se resume a que cuando el aprendizaje es construido por el alumno, cuando él lo descubre con el apoyo y/o la función mediadora del docente, ES SIGNIFICATIVO. De la misma forma el ambiente en el que se desarrolla el proceso de aprendizaje juega un importante papel en la significatividad del aprendizaje adquirido, pues si el alumno se siente bien en el aula, si los materiales son los adecuados, si existe buena comunicación, si la relación con sus compañeros es amena, el proceso tiende a lograr excelentes resultados, viéndose beneficiados tanto el docente como el alumno. Cuando alguno de estos factores es débil, genera pequeñas fisuras en los cimientos del aprendizaje.

Al culminar la educación básica el alumno debe cumplir con un perfil de egreso preestablecido, caracterizado por el logro de determinadas competencias; para la promoción de las mismas el docente debe poseer determinadas competencias, de una manera más clara, el docente no puede hablar o exigir comprensión lectora en los alumnos o valores como el respeto, si él no tiene mencionada habilidad o actitud respectivamente, de aquí la importancia que el maestro se comprometa con su actividad y actitud, buscando en mayor medida ofrecer calidad a sus alumnos.




Contactar con el autor: jesus.gralo@hotmail.com

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Cecilia Penélope García
22 de julio de 2010


El término que Usted introduce “el docente como ser”, es muy apropiado cuando se habla de competencias en la educación. Un punto medular de las competencias en la educación es la evaluación; punto de quiebre en muchos sistemas educativos que señalan están basados “en competencias”.

Mucho se ha dicho que se tiene la competencias si se observan ciertos indicadores de logro bien definidos en el estudiante, sin embargo, muchos de esos indicadores rayan en la subjetividad y como tal, queda en la responsabilidad del docente emitir “juicios de valor” ante el desempeño del alumno. Lo anterior me obliga a hacer énfasis en la calidad “humana” de los docentes, más allá de transmitir el conocimiento, ahora se tiene la obligación de reflexionar en situaciones que involucran esferas fuera de la meramente cognitiva. Las actitudes deben transcender a las aptitudes, la reflexión ante los hechos debe priorizar a la aplicación fría del conocimiento, el docente debe reconocerse como “ser humano” y solo así se podrá integrar, sin mayores problemas, a los modelos educativos basados en competencias.




Contactar con el autor: ceciliapgarcia@gmail.com

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Edilberto Galarza Matías
12 de julio de 2010


Si las Competencias son hoy por hoy el referente que puede conducirnos hacia una demostración evidente de lo que sabemos, podemos y debemos hacer, es necesario que, una vez que se haya conceptualizado ampliamente este concepto e interrelacionado con otros de igual importancia como el constructivismo, el aprendizaje significativo, las inteligencias múltiples, el aprendizaje contextual, el pensamiento complejo, abstracto y concreto, los valores, las actitudes, y todos los demás que confluyen de una u otra manera en la elaboración de tal o cual modelo educativo, y una vez que se ha determinado la trama curricular, se pase a una correcta interpretación de ambos conceptos de tal manera que sean entendidos ampliamente por todos los actores educativos (educadores y educandos).

Esta necesidad inaplazable se plantea por el simple y sencillo hecho de observar y verificar con nostalgia que, tanto recurso invertido no se refleja ni en los directivos de tal o cual institución ni en los docentes ni en los educandos, pues a la hora del desarrollo curricular o de la práctica educativa a nadie le interesan ni las competencias ni ningún otro referente teórico o empírico, y lo que si les interesa es que se gaste el recurso sin generar dividendos, que se impartan clases sin esperar ni competencias, ni conocimientos, ni habilidades ni actitudes, pues sigue prevaleciendo la total indiferencia ante el hartazgo y repudio de la comunidad educativa (docentes, estudiantes, padres de familia y sociedad en general, ante tanto abuso y saqueo de las autoridades y ante tanto favoritismo, pues ni las competencias ni los conocimientos, ni las habilidades ni las actitudes positivas son reconocidos a la hora de asignar estímulos salariales ni a la hora de las contrataciones laborales, pues prima todavía el amiguismo y el compadrasgo.

Tristes realidades conllevan a pobres resultados, sin que se vislumbre ninguna esperanza, pues las evaluaciones son simuladas y derivadas de resultados maquillados como desde hace mucho.

¿Qué se puede hacer? Vigilar y asegurar que la traducción del modelo educativo y de la trama curricular se comprendan y apliquen realmente, y vigilar que los estimulos económicos y las contrataciones laborales así como el propio desempeño de los docentes sea congruente. Y vigilar que los propios evaluadores internos, externos, nacionales o extranjeros sean neutrales y no se dejen comprar, y que con base en los resultados de evaluaciones serias se tomen decisiones pronto, y se quiten y castiguen a los malechores (directivos y líderes sindicales)que siguen haciendo de las suyas desde hace décadas, cuales caciques de hace cien años.




Contactar con el autor: edilberto33@hotmail.com

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Margarita E. Lazón Sifuentes de Arias - Lima Perú.
4 de julio de 2010


S i bien es cierto; en el ámbito educativo, la formación bajo el enfoque por competencias, a sido discutido desde los años 80 con la llamada revolución industrial y desde los cambios en los sistemas productivos, económicos y políticos post bélicos. Su adaptación en los sistemas educativos y los discursos en este sector han sido poco entendidos para el proceso de aprendizaje de nuestros estudiantes en las escuelas de la educación básica, delimitándose su concepción y aplicación en el ámbito de la educación técnico profesional. Sin embargo, como en los procesos de cambios, evaluación de programas y diseños curriculares se impone el uso y difusión de una terminología didáctica acorde con la globalización y las grandes reformas educativas; como es el caso de los países de la región latinoamericana, es en esta etapa del desarrollo de una cultura bajo este enfoque que la escuela básica asume que el desarrollo de capacidades y logros educativos no es más que el producto de centralizar el currículo en la clase de estudiantes que queremos que egresen de nuestras escuelas para insertarse en el siguiente nivel educativo o simplemente para que les permita “saber vivir” de acuerdo a determinadas “competencias” adquiridas a lo largo o corto período en la escuela.

Por otro lado, existen los lineamientos y políticas educativas que aspiran a que los procesos educativos permitan lograr mejores resultados en cada nivel educativo existente y para ello, es necesario que el equipo directivos, docentes, padres y madres de familia reconozcan a la escuela como “una institución de transformación” donde cada uno tiene que asumir un rol que permita articular la educación a lo largo de la vida de sus estudiantes con las competencias adquiridas en el proceso de enseñanza - aprendizaje. Ahora bien, los componentes de una competencia deben estar articulados e irse integrando en cada etapa del proceso de aprendizaje donde el estudiante, teniendo como mediador del conocimiento a su maestro o maestra, realiza procesos mentales del pensamiento poniendo en juego el desarrollo de su estructura cognitiva en donde, a través de la meta cognición los aprendizajes , resulten realmente significativos y aplicables en la vida.

El conocimiento, procedimiento y actitud; como componentes de la competencia, debidamente articulado en el proceso de aprendizaje del estudiante tiene y debe ser instrumentado para operativizar en sí mismo las fases del pensamiento. Sin restarle valor e importancia a cada uno de estos componentes, es que; como por ejemplo en el Perú, nuestro Diseño Curricular Básico (DCN) de la Educación Básica Regular (EBR) desde el año 2003 viene siendo motivo de cambios y nuevas propuestas en los niveles educativos de inicial, primaria y secundaria. Estas acciones del MED han exigido que en las modalidades educativas como la Educación Básica Especial, Educación Técnico Productiva y Educación Básica Alternativa, paralelamente al logro de los objetivos y fines del Proyecto Educativo Nacional al 2021, también reformulen los Diseños Curriculares existentes para un mejoramiento tanto en la calidad de la enseñanza de docentes y aprendizaje de los estudiantes.

Independientemente, de las controversias de alinear el sector educativo con el productivo-laboral, es pertinente que se tenga maestros mejor preparados para el desarrollo de estos componentes en un entorno saludable y que a través las capacidades adquiridas en su formación de base, eleven el nivel de sus propias competencias; sean estas profesionales o personales y que en cada rol, tenga la certeza de cumplir y apostar por el cambio de una educación digna y de calidad para los miles de niños y niñas que ingresan a la educación formal y que egresarán; por efectos de la crisis económica, con muy pocas oportunidades de inserción al nivel educativo superior o profesional.




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Gloria Peñalver Moré
2 de julio de 2010


LAS COMPETENCIAS EN LA ACTUALIDAD

Las grandes transformaciones en el orden económico y social, que se ha presentado en todos los campos, han cambiado la concepción del hombre y su universo y esto se ha traducido en cambios en la educación, no sólo en su concepción general, sino en los enfoques pedagógicos y en los contenidos curriculares, en los que perdió preponderancia lo factual, para dar paso a lo axiológico y actitudinal, con un énfasis en lo valorativo sin que ello implique una relegación de lo cognitivo, todo ello como resultado de una visión holística de la formación en la que la multiplicidad de aspectos que la caracterizan constituyen expresiones dinámicas de la totalidad que adquieren forma y significado únicamente cuando se reconocen en relación dialéctica con otras de su misma naturaleza y se producen con independencia de quienes las estudian y revelan. La formación de competencias es un proceso constructivo, socializado, que sólo es posible en un espacio interdisciplinar, partiendo de una concepción participativa y no directiva del proceso, con el convencimiento de que el contenido es socialmente construido e históricamente desarrollado y, por ende, sus resultados, competencias indispensables en el profesional, se alcanzan mediante un proceso en el que se trabaja, de manera interrelacionada, los núcleos de conocimientos, las habilidades generalizadas y los valores profesionales y sociales, donde lo interdisciplinario se manifestará en la académico, lo investigativo y lo laboral. En el contexto educativo el término competencia es extendido a actividades de tipo no lingüístico, para enfatizar el desarrollo de las potencialidades del sujeto a partir de lo que aprende en la escuela. A la educación le interesa todo aquello que el estudiante pueda hacer con los saberes e instrumentos que ella le brinda

La revisión de todas las experiencias y conceptualizaciones acerca de las competencias, permite adelantar que esta noción trae consigo una nueva aproximación al desarrollo humano, con importantes implicaciones en el campo educativo, es la posibilidad para desarrollar en los educandos la capacidad para el análisis, la crítica y el razonamiento a través de la construcción significativa del conocimiento y de la formación para la vida ciudadana.




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archibald pomeroy
30 de junio de 2010

Las llamadas competencias, para decirlo de una manera clara y precisa, son un significante de ocasión carente en absoluto de un significado con sentido. Se es competente en un área del conocimiento o en una práctica social o se es incompetente. Así, el término competencia tiene validez en singular, y pierde validez utilizado en plural. Vayamos al grano: la enseñanza básica tiene como eje casi único a la lengua escrita. El fracaso escolar está determinado por la competencia del educando en el manejo de la lengua escrita. Todo lo demás es un fárrago de "competencias" que abultan el currículo sin agregarle nada de utilidad. En el proceso de hacerse competente en algo se pueden distinguir tres componentes (que no tres tipos de competencias): conceptuales, procedimentales y actitudinales. Eso ni quita ni pone nada a la realidad educativa. El educando que domina la lengua escrita será exitoso desde el preescolar hasta la universidad y más aún. Y hasta donde se puede discernir, no hay "competencias" que sustenten la competencia lectora y escritora. Y mucho menos competencias que puedan describirse en estado inicial, en proceso y consolidadas. Esto de las competencias (que cuesta diferencias de aptitudes, capacidades, habilidades, y hasta de actitudes), así como tantas otras cosa más que se presentan como novedades para el currículo escolar no son sino trapos en jirones con que se intenta cubrir la desnudez, es decir la incompetencia, que exhibe un altísimo porcentaje de docentes precisamente en el área de la lengua escrita. El trabajo por proyectos y la educación en valores son otros ejemplos de estos inventos para cubrir una realidad inocultable: el desastre de la enseñanza básica en nuestros países "periféricos", "en vías de desarrollo" o "tercermundistas", ya no sabemos cómo llamarlos. No niego la validez de los proyectos educativos ni la necesidad de formar a los educandos en valores positivos, pero no de la manera estereotipada y banalizada con que se presentan estos supuestos "avances" de la pedagogía. Volvamos a Rousseau, a Simón Rodríguez, y sobre todo al Paulo Freire de su edad madura para darle forma a una educación de calidad para todos. A.P.


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Javier García Véliz
29 de junio de 2010

La competencia es la posibilidad real que tiene el ser humano de integrar y movilizar sistemas de conocimientos, habilidades, hábitos, actitudes y valores para la solución exitosa de aquellas actividades vinculadas a las satisfacción de sus necesidades cognitivas y profesionales, demostradas en su desempeño, al tomar decisiones y solucionar las situaciones que se presenten en su esfera de trabajo. La gestión docente basada en la formación de competencias, tiene que asumir estrategias didácticas alejadas de los estilos de dirección, sustentados solo en los resultados, lo que responde a criterios metodológicos conductistas y desarrollar una dirección docente transparente, como expresión de un referente constructivista de carácter histórico-cultural, que profundice en el proceso, como criterio formativo esencial, y que destaque la importancia de la función orientadora del profesor con el enfoque de esencialidad de los contenidos que deben ser asimilados.


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Norma Carbonell Ferrer
29 de junio de 2010


La competencia ha irrumpido con fuerza en diferentes áreas de la educación. El aprendizaje no solo es cognitivo sino desarrollo de aptitudes, capacidades, competencias, para hacer, ser y convivir. Estas cuatro dimensiones deben considerarse como un todo. El aprendizaje está en función de una vida más plena con más posibilidades para el disfrute espiritual.

La competencia es el nuevo paradigma de la educación, recoge en una totalidad conocimientos, atributos personales, convivenvia y ejecuciones que logran resultados.




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Rodolfo Cruz Bustos
29 de junio de 2010

Todo ahora es innovación y la respuesta para la educación fueron las compentencias, que no podemos decir que son nuevas. Lo que pasa es que el mundo controlado por el mercado se encuentra en crisis y ve en el discurso de las competencias la posibilidad de imponer temas a la agenda para distraerse de los asuntos suntantivos como el financiamiento educativo, la democratización de la educación, las condiciones laborales de los profesores, el clientelismo electoral al que ha sido sometido el magisterio en países como México. Pero en fin, ahora que en el país se impulsa la maestría en educación básica; se percibe sólo como una propuesta que va a capacitar a los profesores de educación preescolar, primaria y secundaria para que entiendan los rumbos que están tomando los distintos niveles educativos en eso que se llama integración curricular. Pienso que no va a resolver gran cosa la profesionalización vía maestría y sólo será una manera de presentar cambios que no han sido aceptados por el grueso de los profesores. Como propuesta innovadora, las competencias están resultando ya banales en un sistema que no tiene mecanismos de control para que en el escenario social sean percibidas como formas de participación social que encuentran eco en otros procesos más amplios. No hay formación en comptencias que no degenere en búsqueda per se de comodidad y confort, de ganancia y arrebate, del cargo, del empleo. La innovación es sin duda un momento en el que a falta de sentido de diversos procesos se entrega a los profesores un nuevo discurso para sentirse vivo en un mar institucional de palabras, donde ya las brújulas han dislocado.


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Luis Macaya
28 de junio de 2010

Mi idea de competencias docentes va más allá de la actitud proactiva o reactiva planteada en el texto, y se refiere en específico a las herramientas de conocimiento previo que debe poseer un docente, adquiridas durante su formación y práctica profesional, las cuales le permitirán enfrentarse de buena manera a los desafíos planteados por la institución educacional, adecuar planes y programas de estudios a la realidad existente, proponer mejoras y lograr los resultados esperados en los alumnos para la unidad educativa. Mi opinión es que la actitud proactiva de un docente tiene que ver con la formación inicial y el apoyo que logre de la autoridad escolar (y por qué no de sus colegas) frente a las mejores iniciativas y propuestas que éste presente.


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María Cristina Tarrés
26 de junio de 2010

Dando respuesta a la pregunta disparadora del debate acerca de si es la actitud la que condiciona el desarrollo y fortalecimiento de las competencias en el ámbito educativo, concebimos que su rol no es menor pero que posee una intervención coadyuvante antes que determinante. Nuestra concepción nace de la experiencia recogida en el ámbito de la investigación científica dentro de lo educativo. Y allí si bien la actitud es necesaria no resulta suficiente para dar satisfacción a las competencias requeridas al respecto. Apreciemos el porqué. El proceso de producción cognoscitiva, en tanto creativo, es habitualmente incesante y con frecuencia desordenado por sus rasgos subjetivos e intuitivos. Sin embargo, pueden distinguirse en él, con fines didácticos, cuatro momentos abstractos y sucesivos: lógico, metodológico, técnico y teórico (o de síntesis), que retroalimenta al lógico1, y un quinto, agregado por Rezzónico: el comunicacional2. Complementariamente, existe un amplio acuerdo de que las competencias profesionales involucran tres dimensiones3; a saber: (a) las cognoscitivas, en las que resultan fundamentalmente los conocimientos disciplinarios, y cuyo centro radica en el saber comprender, analizar, relacionar y sintetizar ciertos conocimientos, fenómenos o sistemas; (b) las procedimentales, que permiten saber qué hacer en determinadas situaciones profesionales; es decir, que se hallan orientadas a generar ciertos productos, y (c) las actitudinales, referidas a disposiciones emocionales y volitivas que guían y proveen sentido al saber y al hacer. Por ello, la formación por competencias se orienta hacia el saber-hacer, debiendo estar lo teórico, lo procedimental y actitudinal armónicamente considerados en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Diferentes estilos de pensamiento son considerados por la epistemología como unidad de aprendizaje en la formación profesional y disciplinaria: Analítico, Sintético, Crítico, Creativo, Reflexivo, Lógico, Analógico, Práctico, Deliberativo y Pensamiento para la solución de problemas. Esta competencia se realiza aplicando los pensamientos antes descritos; pero centrándose en la capacidad de llegar a una solución fundamentada y efectiva, vale decir, teniendo claridad en el modo de arribar a la meta, que en nuestro caso es la respuesta a problemas de investigaciones. Para la activación de esta competencia es necesaria la identificación de la situación, el análisis y síntesis en tanto definición de elementos significativos que componen el problema, así como su comprensión y su lógica, subyacentes en la propuesta mencionada 1. Respecto de las competencias actitudinales, éstas se encuadran en el pluralismo ético-político, que se opone a la idea de verdades universales, por lo que además de los saberes propios de las disciplinas, contribuyen a la formación de ciudadanos que estimulan la democracia con tolerancia a otras visiones, ideologías y perspectivas3. En consecuencia, lo planteado implica el dominio de distintas funciones cerebrales que hacen al pensar en general y al pensamiento crítico y reflexivo en particular4 junto con la presencia de un docente experto y diligente que acompañe y guíe. Y lo actitudinal, si bien pieza clave del rompecabezas, no lo completa. Referencias: 1. SABINO C (1992). El proceso de investigación. Editorial Lumen. Buenos Aires (Argentina). 2. REZZONICO R (2003). Comunicaciones e informes científicos, académicos y profesionales en la sociedad del conocimiento: tesis, monografías, artículos, ensayos, memorias, tesinas, ponencias, póster, informes técnicos, comunicaciones, otros: guía para su diseño, ejecución, presentación y defensa. Comunicarte Ediciones. Córdoba (Argentina) 3. FARÍAS F (2009). La Epistemología de las Ciencias Sociales en la Formación por Competencias del Pregrado. Rev Cinta Moebio 34:58-66. 4. GAYOL MdelC, MONTENEGRO SM, TARRÉS MC, D’OTTAVIO AE (2008). Desarrollo y refuerzo de competencias investigativas en alumnos de carreras del área de la salud. Rev Uni-pluri/versidad 8: 47-52.


Contactar con el autor: mctarres@ciudad.com.ar

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Marta Elena Herrera Alvarez
26 de junio de 2010

En estos tiempos que vivimos, 1ra década del siglo XXI donde la ciencia y la tecnología crecen en progresión geométrica, qué esperarde las restantes décadas de este siglo y los veniderosñ entonces qué hacer, pienso enlo fundamental que las competencias estén centradas tanto en el hacer como en el cómo hacer aplicando siempre la valoracion RIESGO-BENEFICIO, delocontrario las comptencias pueden volverse y de hecho en algunos caso yalo son un boomerang para la propia humanidad. La formaciónde competencias debe estar encaminada a lograr para el futuro no solo hombres y mujeres de ciencia que dominen tecnologías cada vez mas de punta enlas Bases Moleculares de la Vida, además que su utilidad llegue a todos y no quede solo para algunos, este empoderamiento puede ser un arma tan peligrosa como el uranio de utilizarse enotrosfines que no sea el bien común delosmque poblamos el planeta tierra


Contactar con el autor: martah@giron.sld.cu

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jajozam
26 de junio de 2010

son tan efectivas que el que no saca los niveles minimos se queda ahì, no puede aspirar, ejemplo si ni sacas un puntaje requerido sencillamente no entras a la universidad, tienen personalidad para limitarlo. serìa bueno dejar la competencia y la intenciòn de darle màs al que tenga màs, existen muchos niños y niñas que por su ambiente socioeconomico.cultural no tienen el acceso a lo ideal,entonces como ellos son de allà se quedan allà? por favor retomemos al ser humano comun y corriente y no formemos al tecnocrata. muchas gracias por permitir participar y felicitaciones.


Contactar con el autor: semcucuta13443022@yahoo.es

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José
26 de junio de 2010

Competencias, es la palabra clave en educación actualmente, pero de esta propuesta surgida de las reformas, surgen interrogantes que merecen atención inmediata para que las competencias se reflejen en los estudiantes. ¿Son los maestros competentes para su trabajo docente? ¿Podrán los estudiantes actuar con base a las exigencias del trabajo por competencias? Porque desde la incompetencia no se puede exigir mucho. sin duda, los sistemas educativos nacionales tienen una gran tarea por desarrollar. al menos en México así me lo parece.


Contactar con el autor: academico61@yahoo.com.mx

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Alicia Cabrera
25 de junio de 2010

Ciertamente las competencias como la expresión global de las actitudes, llevan más allá de la simple repetición de un currículo, porque se trata de partir, incluso de los referentes culturales de la práctica docente, los cuales al estar arraigados más a la tradición de la resistencia como Giroux lo expresaría, que a la puesta en práctica de esa mediación pedagógica que hace falta en las aulas y que la infancia requiere, es necesario replantearnos los nuevos discursos, es envolvernos y mirarnos, después evaluarnos en forma continua, permanente y conflictuarnos. Conflictuar ese cuerpo docente desde el ser, puesto que nada que no parta de nuestro propio sentir podrá ser llevado a la práctica de manera reflexiva y las competencias precisamente son la ocasión, la alternativa para realizar este ejercicio y sistematizarlo.


Contactar con el autor: alicabrera22@gmail.com

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Alba Luz
25 de junio de 2010

Creo que la actitud, es un punto crítico en el desarrollo del ser humano. En la gestión de la Educación, la actitud de sus gestores es muy importante como medio para lograr que los aprendices puedan lograr competencias en su formación. pero viceversa, la actitud del aprendiz es importante tambien. La actitud es un variable de doble via para lograr calidad educativa. Pero tampoco se puede demeritar la función que desarrolla el curriculo como un instrumento guia, para la ejecucióm del proceso "aprendizaje - enseñanza".


Contactar con el autor: albaluzh855@yahoo.com

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